Buenas prácticas para ahorrar agua en la huerta

Suelo que retiene agua

La primera precaución a tomar es asegurarse de que el suelo de su huerto sea capaz de retener suficientemente el agua de la lluvia y, a fortiori, del riego. Esta capacidad de retener agua se debe al humus presente en el suelo. El suelo arenoso, por ejemplo, permite que el agua corra profundamente, que luego se vuelve inaccesible para los cultivos. Para compensar la falta de humus, realice aportes regulares de compost o estiércol.

Limite la evaporación del agua

Para limitar la afluencia de agua, es fundamental preservar las reservas que almacena el suelo. Para hacer esto, tres acciones:

  • Azada: al desmenuzar la tierra, se rompen los canales que permiten la subida capilar (afloramiento de agua situado en profundidad). Limpie sus parcelas cultivadas uno o dos días después de un aguacero (o riego abundante) para preservar la humedad acumulada.
  • Mulching: colocar una cubierta sobre el suelo lo protege del sol. Esto limita la evaporación natural y preserva la humedad presente. Instalar un mantillo orgánico o mantillo a los pies de las verduras (compuesto por recortes de césped, paja, hojas, BRF, etc.) a partir de abril o mayo, cuando el suelo se calienta y después de un buen aguacero.
  • Cortavientos: el viento acentúa el fenómeno de la evaporación. Para las partes del huerto que no estén protegidas por un muro o un seto, instale en los bordes pantallas de plantas de diferente altura y resistentes a la sequía (lavanda, hisopo, ajo, salvia, caléndula, boj, etc.)

Evite las extracciones de agua innecesarias

Cuando el agua escasea, no es necesario compartirla con la maleza. Deshierbar, una gran ocupación para el jardinero, es más recomendable cuando el clima es cálido y seco y las reservas de agua se están agotando. Así que no dude en quitar las malas hierbas de los lechos de cultivo durante el verano para limitar la competencia de las malas hierbas.

Cultivos estacionales

Si desea un huerto que ahorre agua, debe favorecer los cultivos de mitad de temporada. Así, guisantes, ensaladas y espinacas en primavera u otoño, zanahorias, coles… se benefician de las precipitaciones de primavera y otoño.
En verano, prefiera variedades capaces de resistir el estrés hídrico, como el tetrágono (léase: Sembrando el tetrágono) o la lechuga 'Reina de julio'.

Verduras que requieren menos agua

Algunas verduras requieren menos agua que las ensaladas, los tomates o los melones. Por tanto, son los que conviene favorecer si se quiere ahorrar en riego. Entre ellos, por supuesto, encontrarás ajo y cebolla, pero también espárragos, zanahorias, chirivías, patatas, alcachofas de Jerusalén …

Lo mismo ocurre con el jardín ornamental, lea:

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Agua inteligente

Las técnicas de riego adecuadas

Dado que es casi imposible prescindir de regar en el huerto, tome algunas precauciones:

  • Riegue en el momento adecuado del día, preferiblemente por la mañana si las noches son frescas, o por la tarde cuando los días son calurosos.
  • Controle las cantidades dadas a las verduras. Con la regadera, retire el pomo para llevar la cantidad deseada de agua a la base de la planta. También puedes utilizar el goteo o las mangueras microporosas que distribuyen el agua con moderación, al pie de las verduras.

Agua de lluvia

Para su riego, la solución más económica y ecológica es, por supuesto, el uso de agua de lluvia. Para hacer esto, simplemente recójalo en una cisterna conectada a un descenso del techo, y listo. ¡Es fácil de hacer y el agua es de buena calidad y gratis!

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